miércoles, 19 de marzo de 2025

43, un día especial...y aún más diferente


Tengo años escribiendo cada año que pasa, no recuerdo cuál fue el primero y no sé cuál será el último.

No sé si sea correcto decir que mi mente me juega sucio, yo creo que si, es complicado. No puedo escapar de ella y es como si funcionara de manera automática. Posiblemente así sea, solo que una parte de nosotros, como si independiente fuéramos, solo logramos tener el control mientras tengamos la noción de ello, pero en fin...

No encuentro la manera adecuada de poder manifestar lo que pienso en esos momentos en que me encuentro enfocado en la situación, y precisamente en un año más que estoy aquí. Por un lado me encuentro con la nostalgia, el pasado, los recuerdos, las vivencias. Por otro lado el poder dar gracias ya no solo por un día más de vida, sino por un año más de la misma. Y ambas cosas chocan entre si y es una combinación de emociones y sentimientos. Este año es muy notorio a otros, porque me falta ese nivel de calidez que había antes y me llega a poner triste, no sé si sea el destino, la propia vida, Dios, o lo que sea, pero ante eso hay cosas positivas, mi mamá, mis amigos, las personas que de alguna manera me estiman y me quieren, y que a pesar de faltarme muchas más, de alguna manera se compensa con las que están aquí, y agradezco por ello.

Estoy convencido en que no tengo porque quedarme anclado al pasado ni quedarme con la cabeza volteando hacia atrás, sino ver para delante. Es como cuando se viaja y vemos a través de la ventanilla como el camino va llegando, va pasando, y va quedando atrás, y que no nos podemos permitir quedarnos viendo hacia ese punto que ya pasó, porque puede ser que por hacer eso, no podamos ver, desde lo lejos, lo nuevo que nos va mostrando ese camino, y poderlo disfrutar desde ese punto lejano, hasta que está casi ante nuestros ojos, para en un instante, ser parte de ese camino recorrido que ha quedado atrás. Es posible que nos haya gustado lo que vimos, pero debemos aceptar que la vida así es, una cadena de tiempos, momentos, sucesos, personas. Y que después de todo, también nosotros somos ese punto a lo lejos, ese punto a la vista, ese punto en el pasado. Sucede con todo, sucede con todos.

Hoy ha sido un excelente día. Pensé que sería un día gris, pero también se pintó de azul, y de blanco, y de rojo, y de muchos tonos, producto de la variedad que existe en la vida. Las muestras de afecto han sido las suficientes. Son el contraste perfecto ante esa jugada brusca de mi mente pero puede ser por el equilibrio que debe de haber en todo, posiblemente sea lo justo, antes que lo correcto. Por más dura que se ponga la vida, habrá que seguir y seguir y seguir, y disfrutar cada año aún con las penas que uno llega a cargar de manera permanente y que muchos de ustedes sabrán a lo que me refiero.

Si me preguntan cómo me siento, no sabría que responder. Todo esto es agridulce.

Fue un día para reflexionar. De pensar en todo lo posible, hacer un recuento de la vida, e independiente de lo adverso, ser fuerte para seguir adelante y aceptar la realidad con la que nos toca levantarnos cada día. Vuelve a ser un día cero y espero estar aquí para, el próximo año, titular una entrada que empiece con "44".

Hasta pronto.

No hay comentarios: