Cuando volteo hacia arriba al cielo me doy cuenta principalmente de lo pequeños que somos.
Al ver hacia el cielo me tranquilizo y siento una paz que rara vez logro cuando volteo a mi alrededor.
El cielo este despejado o no, sea de día o noche, estrellado o liso es agradable verlo de vez en cuando. Cuando lo veo pienso en muchas cosas, es como si mi mente fuera él, se me viene toda clase de pensamientos y lo mejor es que son buenos y positivos.
Se que muchas personas se quejan por todas las cosas malas que les suceden, que creen que todo es negativo, que piensan que tiene poca o ninguna solución, que no funcionara pero no es así. Si voltearan a ver al cielo se darán cuenta que están equivocados, nuestra inteligencia es ilimitada pero nuestras frustraciones, derrotas, desamores, lo malo que hacemos, las ambiciones materiales y todo aquello que nos perjudica no nos deja darnos cuenta de lo que en verdad poseemos. Muchos buscan la riqueza en el fondo del mar, debajo del suelo, en posesiones materiales pero nunca han volteado al cielo buscando la riqueza que existe. Me refiero a la tranquilidad, estabilidad, paz interior que nos ofrece una simple vista hacia arriba.
Cuando volteamos al cielo podemos ver mucho, poco o nada y no depende de lo que en realidad vean nuestros ojos sino lo que deseamos ver de mas. Que no veas algo a lo lejos no significa que no exista, solo es cuestión de plantear la duda y dejarla hasta que se haga o no realidad.
Que bueno que existe un cielo que ver y admirar pues te da la libertad que tal vez no encuentres a tu alrededor creo que sin él nuestras vidas serian menos complejas y un poco mas “apagadas” pues el cielo también nos hace inspirarnos y hasta nos ofrece espectáculos no ensayados.
Lo que me motivo a escribir este tema fue producto de voltear a ver el cielo.
