Tengo años escribiendo cada año que pasa, no recuerdo cuál fue el primero y no sé cuál será el último.
No sé si sea correcto decir que mi mente me juega sucio, yo creo que si, es complicado. No puedo escapar de ella y es como si funcionara de manera automática. Posiblemente así sea, solo que una parte de nosotros, como si independiente fuéramos, solo logramos tener el control mientras tengamos la noción de ello, pero en fin...
No encuentro la manera adecuada de poder manifestar lo que pienso en esos momentos en que me encuentro enfocado en la situación, y precisamente en un año más que estoy aquí. Por un lado me encuentro con la nostalgia, el pasado, los recuerdos, las vivencias. Por otro lado el poder dar gracias ya no solo por un día más de vida, sino por un año más de la misma. Y ambas cosas chocan entre si y es una combinación de emociones y sentimientos. Este año es muy notorio a otros, porque me falta ese nivel de calidez que había antes y me llega a poner triste, no sé si sea el destino, la propia vida, Dios, o lo que sea, pero ante eso hay cosas positivas, mi mamá, mis amigos, las personas que de alguna manera me estiman y me quieren, y que a pesar de faltarme muchas más, de alguna manera se compensa con las que están aquí, y agradezco por ello.